sábado, 7 de mayo de 2011

Las grandes olvidadas

Después de un poco de revolución, vuelvo a las raíces de este blog.

Hoy voy  a hablar de…eso precisamente: hablar.

He pasado unos días en casa y me he dado cuenta que ser andaluz no justifica ciertas cosas, no es una excusa para hablar mal. No voy a entrar en acentos, ni en aspiración de vocales o eses, porque somos andaluces y hablamos así. Quiero centrarme en algo que si me parece fatal, diría incluso que doloroso para el oído, las grandes olvidadas: S y J

Una S es eso, una S y no una Z como una casa de grande (cosa que me llevaría a confundir casa con caza si no fuera por el contexto) ese ceceo que parece que ¡la lengua se os va a romper!  Y esas J que nadie pronuncia, no lo entiendo, porque según tengo entendido  la letra muda es la H, la J tiene un sonido y bien bonito además. 

¿No os avergüenza que el resto de España (más bien del mundo) nos considere unos catetos y unos incultos? aquel estereotipo: “ah, los andaluces, esos son unos vagos sinvergüenzas que no saben ni hablar”. No solo me avergüenza si no que me indigna que me metan en ese saco, pero seamos realistas: es solo culpa nuestra.

Algunos dirán que son andaluces y es su forma de hablar. Pero siento discrepar, yo ya estoy cansada de que tengan un concepto preconcebido de mi que nada tiene que ver con la realidad, hablar andaluz es aspirar las eses finales, abrir las vocales  y tener un acento, pero no ser un bruto que parece que se ha criado entre vacas sin pisar un colegio en su vida.

Así que recordad: la S no es una Z y la J no es una H. Y Como he dicho alguna vez: ¡Hablar bien no cuesta nada!

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