domingo, 28 de agosto de 2011

Soy una iluminada


O por lo menos así me siento cada vez que leo los estados o comentarios de esas modernas redes sociales. Sí, soy una iluminada ¿por qué? Porque estoy en posesión de conocimientos que muy poquitos parecen tener y para que veáis que soy la generosidad personificada voy a compartir mi ilustrada información con vosotros:  

- Conozco la diferencia entre hay, ahí y ¡ay! (os dejo las definiciones de la RAE que todo viene mas rigurosamente explicado) 

Hay: es una forma impersonal del verbo HABER. (Haber)
Ahí: es un adverbio de LUGAR. (ahí)
¡Ay!: es una interjección que expresa estado de ánimo, normalmente DOLOR. (Ay)

Cualquier otra combinación de esas letras denota IGNORANCIA, así como su uso en el contexto incorrecto.

- Conozco también la diferencia entre Haber y a ver:

Haber: indica posesión, tener.  (haber)
A ver: es una expresión coloquial con varias acepciones, que en cualquier caso tiene que ver con el sentido de la vista y en nada se parece al verbo haber. (ver)

De modo que por favor, no volváis a decirme “haber” si nos vemos…o tendré que sacarme los ojos con una cuchara.

¡HABLAR BIEN NO CUESTA NADA!
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martes, 23 de agosto de 2011

JMJ (Jornada Mundial de la Juventud)

No tenía planeado escribir sobre este gran evento porque intuyo que ya debéis pensar que soy un pelín, demasiado polémica, pero como parece que todo el mundo está en posesión de la verdad verdadera, voy a recordarles algunas verdades universales:


- España es un país aconfesional no laico, cosas muy distintas aunque la mayor parte de la población española no sepa lo que significa. Las definiciones de la RAE (laicoaconfesional) no aportan mucha luz al dilema, así que voy a intentar explicarme: un estado laico no está vinculado a ninguna religión, por lo que NO ejerce apoyo ni oposición en tema religiosos; un estado aconfesional NO reconoce religión oficial y cito textualmente: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones” (Constitución española, artículo 16.3). Por lo que tiene bastante sentido (a mi humilde entender) que se cedan medios materiales (sillas, vallas…) para facilitar el evento o que colgaran pancartas de edificios públicos, o que el sistema sanitario sufrague actos médicos innecesarios (como la circuncisión) solo por “implicaciones religiosas”, o que se faciliten dietas conforme a la religión en entidades públicas como colegios, hospitales y cárceles.

- La gente que salió a la calle en la manifestación laica o anti-papa (como más os guste) ESTABA EN SU DERECHO de manifestar su descontento tanto como los peregrinos manifestaban su alegría, aunque no entiendo (probablemente porque no lo viví en primera persona) cómo ni por qué se llegó a la situación final de provocación y riña entre unos y otros, y lo que nunca me cansaré de decir es que esa violencia policial (y de algún manifestante) que tan acostumbrados estamos a ver no está jamás justificada.

- El estado español NO ha pagado 50 millones de euros para financiar las JMJ si bien es verdad que el contribuyente ha tenido sus gastos aunque más de uno lo niegue: las deducciones fiscales a los patrocinadores y las “rebajas” en billetes de bus o la cesión de espacios a bajo precio, repercuten en menores ingresos para el estado. Tampoco voy a obviar el hecho de que el peregrino ha dejado sus euros en los hoteles, restaurantes, museos y tiendas de recuerdos españolas entre otros muchos, y eso, señores, se traduce en ingresos (calculados en torno a 150 millones de euros) que bastante falta nos hacen.

- No. No me voy a olvidar de lo que (creo) finalmente me ha llevado a escribir este post: la inmensa HIPOCRESÍA que flota siempre como un halo alrededor de la iglesia católica. Como persona educada en la fe cristiana, me parece como poco curiosa la actitud de estos buenos samaritanos que han cruzado medio país/mundo y se han gastado millones de euros para que el papa se dé un viajecito a Madrid, se pasee por sus calles y lea un puñado de folios delante de un micrófono. Millones de euros por escuchar misa… ¿eso no lo pueden hacer en su ciudad? Millones de euros por confesarse… ¿acaso no hay sacerdote en sus iglesias? Millones de euros por ver al papa (desde la distancia) pasear dentro de un coche…desde el sofá de mi casa se vio bastante mejor. Millones de euros... mientras la gente se está muriendo LITERALMENTE de hambre. Sí. Cada uno gasta su dinero en lo que le da la gana, que para eso es suyo, pero no os deis golpes de pecho de buenos cristianos por haber financiado las JMJ, porque Jesús estaría avergonzado. Eso no es ser buen Cristiano, es ser fanático ni más ni menos que aquel que sigue a su equipo de futbol o ese adolescente que llora en un concierto de su ídolo musical… fanáticos. Mi padre me explicaba el otro día mientras discutíamos (en el buen sentido de la palabra, el de intercambiar opiniones) sobre las JMJ que la iglesia no puede ser pobre porque si así fuera no podría hacer todas las cosas buenas y caritativas que hace, que no son pocas, ojo. Y sí papá, tienes toda la razón, la iglesia como entidad necesita esa solvencia económica para sostenerse y sostener a los demás, pero el católico no, el principio fundamental de esta fe es amar al prójimo y dejar que la gente muera de hambre mientras se gastan millones en las JMJ dista mucho de amar al prójimo . Y no lo digo yo, lo dice la biblia: 

“Al oírlo, Jesús le dijo: - una cosa te falta, vende cuanto tienes, repártelo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme. Al oírlo, se puso muy triste, porque era muy rico. Al verlo (ponerse muy triste) Jesús dijo: - qué difícil es para los que poseen riquezas entrar en el reino de Dios. Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el reino de Dios.” Lucas 18 (22-26)
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jueves, 11 de agosto de 2011

Motril

La RAE define ciudad como un “conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas”; aceptemos pues, que Motril es mi ciudad natal.

Últimamente, no sé si porque paso más tiempo aquí o porque el final parece estar más cerca, me encuentro con gente que coincide en decirme más o menos lo mismo, que viene a ser algo parecido a lo siguiente: ¡qué bien, dentro de nada acabas y te tenemos de vuelta!, a ver si vas terminando ya que tenemos escasez de médicos… y siempre pienso lo mismo ¿¿¿por qué motivo iba yo a volver a este pueblo??? 

La verdad es que no me gusta nada Motril, pero tengo que reconocer que este verano estoy descubriendo que hay muchas cosas que solo puedes hacer aquí: en mi día a día lo que más hago (lo único que hago) es ir a la biblioteca a estudiar, que, cosas de las grandes ciudades, no tiene aire acondicionado, ¡menuda cosa! estaréis pensando, pues para mi tiene tres ventajas evidentes: 

1- A 40 grados no te queda más remedio que estar abanico en mano, que si lo haces bien llegas a Septiembre con unos bíceps que ni Rafa Nadal en sus mejores tiempos, sin mencionar ¡lo que te ahorras en gimnasio! 

2- Como todas las ventanas están abiertas tienes la inmensa fortuna de disfrutar de música en directo mientras el vecino de enfrente ensaya una y otra vez su bonito repertorio de piano. 

3- Aprendes a controlar tu ira, se que puede sonar raro pero os pongo en situación: tú escuchando el piano mientras entrenas bíceps y pretendes que tu mente asimile algo de los que estás leyendo... y ves con impotencia como la bibliotecaria enchufa un ventilador para su uso y disfrute…si las cien personas que hay sentadas contigo son capaces de seguir estudiando ¿Cómo vas tú a indignarte y montar un pollo? Controlas tu ira y vuelves a la multitarea.

Y esto solo es posible aquí, porque ¿en qué otra biblioteca pública del mundo ibas a estar a 40 grados y sin aire acondicionado?

Otra cosa positiva que tiene Motril es que la gente discute menos; cuando quedas para ir al cine siempre aparecen en escena las acaloradas discusiones sobre qué película ver o a qué cine ir, pues aquí no tienen cabida: hay un cine, una sola sala y por lo tanto una sola película; que te apetece cenar comida basura, pues tampoco discutes, solo hay una opción, vas al Mc-Donalds; que por el contrario te apetece cenar en un buen restaurante porque es una ocasión especial o por puro placer, pues… ah, no, ahí si hay discusión, hay que decidir quien conduce. Y hablando de ocasiones especiales se me ha ocurrido otra situación ventajosa: imaginad que tenéis que compraros ropa o zapatos para una boda, una comunión o una cena; hay tres o cuatro opciones (contadas con los dedos de una mano, eh!), con lo cual en una mañana has visto todas tus opciones y aprovechas la tarde para hacer turismo en el Corte Inglés, la Calle Mesones o si eres un intrépido, la Calle Larios. Por no profundizar en lo que se fortalecen los lazos familiares en este turismo comercial casi obligado al volver a casa, ya sea de Granada, Málaga o Almería (los tres accesos a Motril) porque los atascos de una hora en un trayecto de tres kilómetros encerrados en un coche ¡dan para mucho!

Espero haber sido capaz de haceros llegar el tono irónico y cómico con el que está escrito este post. Después de toda esta lista de maravillosas “ventajas” sigo pensado que mi futuro no está aquí, Motril no tiene nada más que aportarme y sería ponerme trabas a mí misma, cerrarme puertas, por si fueran pocas las que se van cerrando solas…Lo siento por aquellos motrileños orgullosos de su pueblo, porque por mucho que encaje en la definición de la RAE seguirá siendo un pueblo mientras la mentalidad no evolucione, y a mi entender dista mucho del verdadero concepto de ciudad. Aunque después de todo ¿Quién soy yo? Sólo alguien que quería hacer algo con su vida y no tuvo más remedio que irse del pueblo y descubrió las inmensas oportunidades que te ofrece una ciudad como Málaga, y no sé si me atrevo a imaginar las que me podrían ofrecer ciudades del calibre de Madrid, Barcelona, Londres o Berlín. De todas maneras no descarto volver a tener una residencia estable en Motril, eso sí, será porque no me quede más remedio.
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