miércoles, 30 de noviembre de 2011

Homosexualidad

El país está sumido en una crisis histórica y nuestros gobernantes siguen con su tira y afloja habitual, de oca a oca y tiro porque me toca, y ahora que es mi turno deshago lo hecho en tus años de mandato, y dentro de cuatro años lo haces tú, y dentro de otros cuatro yo… porque eso es lo importante, deshacer lo hecho y no centrarnos en buscar medidas para sacar al país de este agujero inmundo en el que día a día, centímetro a centímetro nos vamos hundiendo.

EL PP lleva un experto al senado que afirma que ser gay es una enfermedad.

No es la primera vez que Aquilino Polaino se lanza a la palestra con afirmaciones tan gratuitas como esta. A este señor no parece importarle que en 1990, hace 21 años, la OMS (Organización Mundial de la Salud) declarara que la homosexualidad NO es una enfermedad, basándose en estudios científicos, orientados desde la perspectiva médica, neurobiológica y psicológica que no son concluyentes, estudios multidisciplinares que ni se acercan a confirmar que la homosexualidad sea una enfermedad. Pero todo esto no le parece suficiente a este individuo, es mucho más empírico afirmar con rotundidad que es una enfermedad basándose en sus horas de consulta de “terapia reparativa”, el eufemismo del año (desde mi punto de vista) para expresar lo que ya decían nuestros incultos machos ibéricos el siglo pasado: “hay que enderezar a esos desviados”. Es tan descarado que se aventura a definir una causa: padres alcohólicos, hostiles, violentos y distantes y madres sobreprotectoras…una prueba inigualable que nos ha convencido a todos, porque no hay heterosexuales con padres violentos, ni gays con padres cariñosos, y desde luego los hijos de madres sobreprotectoras (como si el 90% de las madres no fueran sobreprotectoras) son todos gays.

Este inestimado experto también se aventura a asociar la homosexualidad a otras patologías tales como la ansiedad, la depresión o los trastornos de conducta; y yo quiero hacerle un apunte para que reflexione: Si usted estuviera constantemente en el punto de mira de una sociedad que no acaba de aceptarlo, una sociedad que le niega su derecho a unirse ante la ley con la persona que ama, una sociedad que te mira fijamente si paseas de la mano con tu pareja, una sociedad que considera que estás enfermo ¿No tendría usted ansiedad? ¿No se deprimiría?. A lo mejor lo que provoca la ansiedad y todo eso que asocia, no es la homosexualidad, si no gente como usted.

Polaino se ha olvidado de la medicina, de la psiquiatría y se ha quedad con sus principios morales, los que le dicta el Opus Dei, cosa que está muy bien para su vida personal, que cada uno tenga sus creencias, pero no puede extrapolarlas a una sociedad entera.

¿Tan difícil es de entender que uno se enamora de la persona, independientemente de su sexo? Ya está bien de buscarle tres patas al gato. Dejemos las conjeturas a un lado y armémonos de respeto y empatía.

2 comentarios:

  1. Si no os habéis dado cuenta, el artículo es de 2005, yo acabo de darme cuenta, la indignación al leer me ha cegado y he dado por hecho que era actual. De todas formas reafirmo todas y cada una de las palabras que he escrito.

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  2. Jajajaja, te lo iba a decir, que no era actual, me parecía raro mientras leía. Pero bien dicho está!!! Hoy por hoy sigue sin haber respeto por muchas cosas.

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