martes, 12 de abril de 2011

Los excelentes

Hace unos días la celebrísima presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, anunció que si fuera reelegida, los jóvenes madrileños tendrían una opción más al acabar la ESO: el bachillerato para excelentes.

La noticia ha creado polémicas para todos los gustos: que si es buena, que si no lo es, que si es clasista, que si es necesaria, que si crea diferencias sociales…y mil chorradas más salidas de políticos, periodistas y sindicatos.

Mi historia es bien clara:
Fui a un colegio público, donde pase la infancia más bonita que puedo imaginar, sin preocupaciones y con mucha alegría, supongo que como debe ser la infancia; pero reconozco que no me enseñaron cultura, aprendí lo básico para salir adelante, pero nadie me enseñó los ríos europeos (por poner un ejemplo rápido y sencillo)  no digo que mi maestro fuera malo, digo que en mis libros no venia nada que no fuera  “basiquísimo”. La ESO empezó en un instituto público donde la gente arrojaba las libretas a la mesa del profesor desde la última fila cuando este pedía los ejercicios, donde se metía en cubos de basura a los vulgarmente llamados “empollones”, donde se intimidaba al profesor de ciencias sociales y la clase consistía ver Brave Heart, donde se le colgaban carteles degradantes a la profesora de dibujo al estilo Kick me del más rebelde del los Simpsons… los dos últimos años de ESO los pase en un colegio concertado y sí, el ambiente no era malo (que tampoco era bueno), pero lo que era paupérrimo era el nivel que se impartía…solo diré que no fue ningún reto mi paso por allí, que mucho de lo que pretendían enseñarme ya lo había aprendido de los licenciados que lidiaban con libretas voladoras, lo que si fue un reto: que no me afectaran los enchufes monjiles que me entorpecían el camino, haciendo mermar mi nota media, desmoralizando y para nada estimulando mi interés por aprender. El bachillerato lo hice en otro instituto público ¿el nivel educativo? Pobre, pero ligeramente más exigente que el resto, especificaré que Nietzsche no estuvo en mi clase de filosofía, que no nos enseñaron, nos entrenaron para un examen que, con todos mis respetos, no es nada del otro mundo para alguien que haya aprobado bachiller. Y llegó la facultad de Medicina, aquí si estarás aprendiendo, pensareis, pues bien, yo creo que seriamos mejores médicos si no estuviéramos en clases masificadas (150 alumnos por aula, sin contar repetidores), si en prácticas no estuviéramos cinco personas con un medico, si se molestaran en enseñar medicina no en leer diapositivas de cutres power points…

Y ahora ¿¿un bachiller para excelentes?? ¿¿Y con los demás que hacemos Espe?? ¿Los condenamos a la mediocridad? ¿A la ignorancia? ¿A la incultura?

¿Por qué en vez de inventar cosas tan absurdas no intentáis subir el nivel educativo en vez de bajarlo cada año un poquito más? ¿Con cuantas asignaturas se puede pasar de curso ya? ¿Con dos? ¿Con tres? Perdí la cuenta hace mucho. 
No hay que estimular a los excelentes, hay que estimular a TODOS y cada uno de los estudiantes de España, todos debemos aspirar a la excelencia, a aprender todo lo que seamos capaces.

Puede que este sea el primer pequeño paso para una educación pública de calidad (no me siento cualificada para afirmar que es una medida inútil ni tampoco para creer que sirva de algo) y que lo sigan otros muchos más sensatos y dirigidos a todos. Solo espero (aunque con muy poca esperanza) que cuando mis hijos no natos tenga que ir al colegio, no tenga que pagar para que aprendan algo, para que tengan un futuro, porque no olvidemos que estamos en la era del conocimiento y de la información, que somos competitivos, tenemos que serlo, y no basta con ser mediocre.

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