miércoles, 23 de octubre de 2013

Ciencia Vs Religión

Hace unos días leí que un niño que lee, será un adulto que piensa; y no sé  por qué recordé esta entrada a medio escribir desde hace un tiempo. Una pequeña anécdota de como los niños piensan más y mejor de lo que muchas veces creemos:

-¿Cuantas costillas tienen los hombres?
Ahí vamos... a recordar la anatomía de primero...
+ Veinticuatro.
- ¿y las mujeres?
+ Las mismas Matilde, veinticuatro, doce a cada lado.

Me mira raro, muy raro. Hay una expresión en esa carita de ocho años que no logro descifrar.

+¿Qué pasa Matilde?
- Pues que no lo entiendo. Si Dios creó a la mujer de una costilla de Adan...¿Cómo es posible que tengan las mismas costillas? ¿no deberían los hombres tener una costilla menos?
+Pues no lo sé Matilde, igual la costilla le volvió a crecer al pobre Adan...

Se pone muy seria:
- Qué tonterías dices; las costillas no crecen.

Me sale una risita. Está dispuesta a creer que una mujer ha salido de la costilla de un hombre, pero el hecho de que una costilla crezca le parece una barbaridad.

- Y... si Dios creó al hombre a su imagen y semejanza... ¿cómo es posible la teoría de Darwin? ¿cómo el hombre puede venir del mono?

¿¿Dónde habrá leído/escuchado una niña de 8 años la teoría de Darwin?? ¿¿y ahora que le contesto?? Me mira, inquisitiva, esperando una respuesta que la satisfaga, con esa chispa en los ojos, esas ganas de adquirir conocimientos, de aprender cosas nuevas... ¿Cuándo fue la última vez que abrí un libro buscando conocimiento? Me pregunto, con cierta nostalgia de esa época de los ¿por qué? a cada frase que decía... Nos hacemos adultos y perdemos nuestra inquietud por aprender, por pensar por nosotros mismos. Decido dar una respuesta que le permita seguir siendo pequeña:

+ No lo sé Matilde- por supuesto, no le parece suficiente y prosigue con su interrogatorio.
- Pero que crees tú que es cierto, ¿que Dios nos creó o que evolucionamos del mono?
+ Yo creo que evolucionamos del mono, igual que el resto de animales han ido evolucionando a lo largo de la historia.
- Igual que los gatos y los tigres, o los lobos y los perros ¿no?
+ Sí algo así- veo en su mirado un matiz de decepción y decido que mi sinceridad, ahora, no es tan importante e improviso- aunque igual fue Dios el que hizo que evolucionáramos del mono y fuéramos tal y como él.
Le gusta esa repuesta.
-Le preguntaré a mi seño de catequesis- y da por zanjada la conversación (thanks God).

Los científicos poco a poco nos vamos creando, hasta convertirnos en la escéptica que soy hoy. Seguramente, ella acabe pareciéndose mucho a mí, pero hoy es una niña pequeña que necesita creer que hay un Dios todopoderoso, un cielo y un infierno.
Tengo una científica en potencia, capaz de razonar cosas que ni imaginaba.




No hay comentarios:

Publicar un comentario