No entiendo de leyes. No es que tenga un leve cocimiento o
que mis nociones sean incompletas. No. Es que no sé absolutamente nada.
Igual es por eso, por mi desconocimiento con respecto a la
legislación que rige este país por lo que no entiendo la sentencia, perdón, la
falta de sentencia en el caso Marta del Castillo.
Yo creía que la justicia existía para proteger al ciudadano,
a las víctimas y para castigar a los asesinos pero hoy por hoy… ¡ya no sé qué
creer!
20 años. Aunque todos sabemos que con mucha suerte se cumplirán
la mitad; esa es la condena para un miserable (lo siento pero no encuentro un
adjetivo mejor que defina a ese despojo de persona que es Miguel Carcaño). Un miserable
que ha confesado un asesinato con varias versiones diferentes, que se ha reído
de la justicia, de la familia de la víctima, de los españoles…con sus mentiras
sobre donde yace el cuerpo, con su chulería y su actitud. Un asesino que nos ha
tomado el pelo a todos, sobre todo a la policía, que ha demostrado su incompetencia
para hacerle decir la verdad y así quizá mermar un poco, una ínfima parte del
inmenso dolor que ha infligido a la familia de Marta. 20 míseros años… ¡¡QUE
BARATO SALE ASESINAR EN ESPAÑA!!
Y aquí termina la sentencia. Una sentencia que indigna, que
duele, por la impotencia que produce, por al familia, pero sobre todo por Marta. El hermano, la novia, Samuel y el Cuco se pasean tranquilamente por las
calles de Sevilla, disfrutando de la libertad. Samuel…ese individuo con la
sangre fría para participar en las primeras búsquedas aún sabiendo que ya
estaba muerta… el Cuco ya sentenciado por un juez de menores… Curioso ¿no?
Carcaño solito mató a Marta, la transportó a donde quiera que esté y volvió
para limpiar todo como una patena sin ayuda y mientras la novia de su hermano
ajena a todo, dormía en ese mismo piso… ¡Ah no! Que lo ayudó el Cuco y un
tercer cómplice desconocido… ¡Un tercer cómplice desconocido! Ya, ya lo sé, no
hay pruebas suficientes para demostrar su culpabilidad y sentenciarlos, nos
creemos sus versiones y las de sus coartadas, no nos creemos a los testigos que
los vieron salir con una silla de ruedas, nos creemos a Carcaño cuando dice
que la mató, pero no cuando afirma que la violó, ni cuando implica a Samuel y
al Cuco… nos creemos lo que nos conviene, o eso al menos le parece a mi cerebro legalmente inculto.
Me parece aberrante, vergonzoso e intolerable que se vayan
de rositas ¿¿Qué clase de justicia y de leyes hay en este país?? Porque quiero
creer, y confío, en que los jueces en su infinito conocimiento legislativo se
han ceñido a cumplir lo que dictan las leyes españolas sin dejarse influenciar
por los indicios ni por el juicio popular paralelo del que todos hemos sido
partícipes, un juicio en el que todos hemos sentenciado y decidido que deben pagar
por lo que hicieron.
Si estas leyes son las que tienen que protegernos… estas leyes que no ha hecho justicia ni a la verdad... NECESITAN
ser revisadas y modificadas de inmediato para asegurar que los asesinos y sus
cómplices se pudran en la cárcel.
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